Las unidades de aire acondicionado, ya sean con o sin conductos, utilizan un líquido llamado refrigerante. Un refrigerante es un líquido con un bajo punto de ebullición, que se puede usar para eliminar el calor de un lugar a otro.
Una unidad de aire acondicionado funciona al eliminar el aire de una habitación y ventilarlo sobre un refrigerante, que absorberá el calor del aire. El aire enfriado será entonces devuelto a la habitación. Después de absorber una cierta cantidad de calor, el refrigerante se evaporará y se convertirá en un gas que luego se bombeará a una sección diferente de la unidad, ubicada fuera del edificio. El calor se dispersa afuera y el refrigerante se enfría, volviéndose líquido nuevamente y permitiendo que se reutilice.
La diferencia entre un sistema con conducto y un sistema sin conducto es que, en un sistema sin conducto, cada habitación requiere su propia unidad que solo acondicionará el aire de esa habitación. Con un sistema de conductos, cada habitación tendrá un conducto de aire que lo llevará de regreso a una sola unidad central que maneja el aire acondicionado de cada habitación.
Ventajas del Aire Acondicionado por Conductos
Al elegir un sistema de aire acondicionado, hay tres factores importantes a considerar:
- El costo
- El ruido que hará
- La apariencia estetica que tendrá una vez instalado
En términos de costo, se deben considerar tanto el precio de la instalación como los costos de funcionamiento en curso. En muchos edificios, será más barato instalar un sistema de conductos que instalar unidades separadas para cada habitación. La unidad central única también proporcionará una mayor eficiencia energética que una cantidad de unidades más pequeñas, lo que reducirá los costos de funcionamiento.
Un sistema sin conductos requiere que cada habitación tenga su propia unidad de aire acondicionado, cada habitación tendrá que soportar una cierta cantidad de ruido. Si bien un aire acondicionado por conductos también requiere una unidad ruidosa, en la práctica es un sistema que funciona muy silenciosamente, ya que cada habitación solo necesita estar conectada a la unidad por un conducto de aire. La unidad en sí se puede colocar lejos de las habitaciones ocupadas, donde su ruido no molestará a nadie.
Un sistema de conductos también tendrá un impacto menor en la apariencia de un edificio. Esto se debe a que los conductos de aire son bastante discretos, y la unidad de aire acondicionado individual puede almacenarse fuera de la vista, en lugar de ser necesario tener uno visible en cada habitación.
Habiendo considerado el impacto en el costo, el ruido y la apariencia, hay algunas otras ventajas que mencionar:
- Instalación: Un sistema sin ductos requiere una unidad instalada en la pared exterior de cada habitación, lo que puede ser impracticable en edificios más grandes. Sin embargo, un sistema de conductos permite instalar un conducto en las paredes o en el techo para una mayor flexibilidad y conveniencia.
- Control: En un sistema sin conductos, la temperatura de cada habitación está controlada por una unidad independiente, por lo que cambiar la temperatura en todo el edificio requeriría cambiar individualmente la configuración de cada unidad. Un sistema de conductos, por otro lado, permite que la temperatura en todo el edificio se controle centralmente. Esto tiende a hacer que un sistema de conductos sea más factible para áreas más grandes que uno sin conductos.
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